Esto no es una receta propiamente dicha, pero sí una idea para acompañar platos y pescados. Al final, siempre caemos en las típicas patatas fritas y ensaladas, sin embargo también hay otras ideas como guarnición que nos pueden ayudar a variar. Esta es una de ellas.
Hoy, en vez de una receta, os voy a recomendar La Huerta de Gabi. Él y sus amigos Quinito y Cacho llevan un montón de años manteniendo una huerta ecológica en Carrejo, a la salida de Cabezón de la Sal en Cantabria.
Conchita Jalón era la abuela de mi mujer Marieta. Una mujer adelantada a su tiempo, elegante, con gusto refinado, amante del detalle y sobre todo una excelente cocinera, afición que aprendió de su madre. Tenía sus pequeños negocios y administraba sus dineros, lo que le permitió siempre mantener una forma de ser independiente. Dicen que mi mujer tiene mucho de ella.
Como las judías son un poco aburridas, especialmente para los niños, hay que adornarlas un poco como ella hacía. Esta receta es asombrosa por lo simple y rica que es.
Como buena vasca, la Ita adoraba las verduras y bordaba la menestra. La preparaba de mil maneras, dependiendo de los ingredientes que encontraba en función de las distintas estaciones del año. Eso sí, siempre naturales. Aquí os dejo un ejemplo.
Esta receta de fideos con costillas y guisantes es del programa del mediodía de Karlos Arguiñano que yo solía ver cuando estaba en el gimnasio sudando. Si algún día Karlos visita mi blog, espero que se congratule con lo fiel que he sido a su receta.
Las caricas son unas legumbres de la familia de las alubias. Son buenísimas aunque un poco más duras que la alubia, algo a tener en cuenta a la hora de cocinarlas. Se encuentran con facilidad en Cantabria y se preparan igual que las alubias.
El plato de garbanzos de vigilia es un prodigio de la cocina popular. Es de las recetas más ricas que hay, facilísimo de hacer, y no cuesta dinero. Apenas se comen, porque es como comida pobre. ¡¡No saben lo que se pierden!! Os paso la receta de la Ita.
Aprovechando la disculpa de la Navidad nos fuimos a comer a casa de Patrito, que con la generosidad que le caracteriza, nos dio una excelente comida, servida en una preciosa mesa, decorada con excelente gusto.
No hay nada más delicioso que unas lentejas en un día frío y lluvioso. Se pueden hacer de mil maneras, pero la Ita las hacía con chorizo y tocino. También las acompañaba a menudo con una buena morcilla frita. He elegido para este plato, unas “Lentejas Caviar” que son más bonitas. Y como no podía ser de otra manera las he acompañado de morcilla y piparras, compradas en la tienda del Hostal Landa, a la entrada de Burgos.
Había en Santa Eulalia (Ibiza) un estupendo restaurante, al final del puerto, llamado Sa Punta. Daban estas lentejas, como un aperitivo frío, antes casi de sentarse. Me dieron la receta, sobre la marcha. Espero haber sido capaz de reproducirla fielmente. Gracias chicos de Sa Punta.