Esta entrada en el blog es un tanto arriesgada. Resulta que últimamente paso mucho tiempo en un maravilloso país, Colombia, en una simpática ciudad llamada Barranquilla. Y como no llevo más que un par de meses, no estoy familiarizado ni con su cocina, ni con sus ingredientes locales. Así que con cuatro cosas y algo de ingenio, pretendo intentar que mi blog no languidezca. Dedico esta entrada a todos aquellos que andan solos fuera de casa por trabajo.
Ingredientes (para dos personas o dos días)
- 4 tomates
- 1 ajo
- ½ cebolla
- 1 vaso de agua
- ½ cucharada de café, de azúcar
- Salsa de soja
- 200 g de pasta (a mi me gusta con tallarines)
- Queso rayado
Preparación
- Primero quitamos la piel a los tomates. Para ello, los metemos en agua hirviendo 2 o 3 minutos. Luego los pelamos y cortamos en trocitos, quitando las partes duras y fibrosas.
- Picamos bien la cebolla y la ponemos a pochar en una sartén con 3 o 4 cucharadas de aceite. Cuando está pochada añadimos los ajos bien picados.
- Añadimos los tomates en trozos pequeños y añadimos una pizca de sal, el agua y el azúcar. Cuando empieza a hervir, bajamos el fuego y lo dejamos a fuego lento una hora, revolviendo y machacando el tomate con la espumadera.
- A media cocción, añadimos un buen chorro de salsa de soja. Le dará algo de sabor y sobre todo color.
- Cuando se empieza a pegar, ya está listo.
- Cocemos la pasta en abundante agua hirviendo y sal teniendo cuidado de respetar los tiempos del fabricante para que no se pase.
- Mezclamos la pasta con el tomate y añadimos queso rayado: parmesano, pecorino, gruyere…
Trucos e ideas
- Como no sabemos cómo son los tomates hay que tener cuidado con los tiempos y el azúcar. Recomiendo probar a menudo.
- Si después de una hora el tomate o la cebolla siguen un poco duros, le echamos un poco de agua (medio vaso) y lo dejamos cocer un poco más.
- Entiendo que como andamos por el mundo, no tenemos caldo ni ninguna salsa de carne, pero si lo tenemos…¡al tomate!