Hoy hablo de otro sabor de mi infancia y de los primeros contactos con el picante. Y es que la Ita hacía mejillones picantes de forma espectacular. A mí me gusta la receta con mejillones, pero se puede hace con cualquier pescado como rape, por ejemplo. Se acompaña de arroz blanco.
Ingredientes (para cuatro personas)
- 2 docenas de mejillones
- 1 cebolla
- 2 ajos
- 1 guindilla
- 1 vaso de vino blanco
- Perejil
- Tomate frito (ver imprescindibles)
Preparación
- Se limpian bien las barbas de los mejillones y un poco la corteza si tiene lapas o caracolillos.
- Se ponen en una cazuela al fuego cubiertos de agua fría. Cuando rompe a hervir sacamos todos los mejillones que se hayan abierto y tiramos los que permanezcan cerrados.
- Colamos a través de un trapo el agua de los mejillones y la conservamos.
- En una sartén bien grande pochamos la cebolla bien picada. Añadimos los ajos también muy picados.
- Incorporamos el tomate, el vino blanco, un par de cucharones del agua de los mejillones, el perejil y la guindilla. Ponemos sal y lo dejamos consumirse unos 15 o 20 minutos. Vamos corrigiendo en función de si se seca mucho (ponemos más agua de mejillones) o si sigue muy líquido (lo dejamos un poco más) Ojo a las guindillas, son peligrosas 🙂 Corregimos en sal.
- Quitamos una de las conchas de los mejillones y los ponemos con todo lo anterior y tapamos la sartén. Se harán en un par de minutos.
Trucos e ideas
- A mí me gusta comerlos con arroz blanco, como dije antes, aunque se pueden tomar también con pasta. En este último caso, coceríamos la pasta en el agua de los mejillones con un poco de sal.