A la entrada de Burgos, en dirección norte, hay un hotel restaurante llamado Landa, que es parada obligada en cualquier viaje. Además de comerse estupendamente, tiene una tienda con cosas muy ricas, en especial las morcillas.
En una de esas paradas, mientras compraba morcillas, ojeé un libro de recetas de Landa y encontré la de este pollo. Espero reproducirla fielmente. En cualquier caso, es riquísimo.
Ingredientes (para cuatro personas)
- 1,2 Kg. de Pollo troceado
- 1 L. de Caldo
- 1 Cebolla
- 1 Pimiento verde
- 1 Tomate
- 3 Patatas medianas
Preparación
- En una cazuela grande, con cinco o seis cucharadas de aceite, doramos los trozos de pollo. Apartamos y salpimentamos.
- En un cazo, calentamos el caldo hasta que empiece a hervir.
- Picamos la cebolla y el pimiento, y pochamos primero la cebolla. Cuando está amarilla, incorporamos el pimiento. El tomate picado y pelado se añade a continuación. Dejamos que este sofrito se haga dos o tres minutos.
- Echamos el caldo y dejamos que hierva despacio con el sofrito.
- Pelamos las patatas y las chascamos[1]. Las añadimos al caldo y tapamos unos diez minutos.
- Ponemos el pollo, que se hará en unos veinte minutos en la cazuela destapada.
- Si queda muy líquido, aplastamos una o dos patatas. Si se seca, añadimos un poco de agua hirviendo. Tiene que quedar como si fuese una salsa.
Trucos e ideas
- Si no tenemos caldo, podemos usar uno de los muchos que se venden en brick. Pero ojo, tiene que tener sabor, por lo que debemos arreglarlo añadiendo un concentrado de carne, soja, jerez, salsa de carne, etc. Cualquier cosa que potencie su sabor.
[1] Se arrancan trozos de patata más bien grandecitos. Con el cuchillo hacemos un pequeño corte y hacemos palanca, haciendo que salte un trozo.