El plato de garbanzos de vigilia es un prodigio de la cocina popular. Es de las recetas más ricas que hay, facilísimo de hacer, y no cuesta dinero. Apenas se comen, porque es como comida pobre. ¡¡No saben lo que se pierden!! Os paso la receta de la Ita.
Ingredientes
- 500 g de garbanzos
- 100 g de espinaca
- 1 cebolla
- 2 ajos sin pelar
- 1 huevo duro
- 1 rebanada de pan frito
- 1 cucharada de café de pimentón dulce
- 2 vasos de caldo
Preparación
- Ponemos los garbanzos en remojo el día anterior.
- Los escurrimos, los echamos en una olla a presión junto con media cebolla muy picadita y dos ajos enteros y les echamos agua fría hasta que los cubra un par de dedos. Ponemos la olla al fuego y cuando pita, contamos 20 minutos.
- Mientras, en un cazo ponemos agua a hervir. Cortamos y lavamos las espinacas. Cuando hierve el agua, metemos las espinacas 5 minutos.
- Juntamos los garbanzos con las espinacas y, en ese momento, ponemos la sal. (Los garbanzos tienen que estas casi hechos en función de cuánto tiempo los queramos tener luego haciendo pof, pof. Si somos pacientes, y les vamos a dedicar tiempo, pueden estar un pelín duritos, de lo contrario, deben estar hechos)
- Hacemos un huevo duro y separamos la yema quedándonos con la clara. Después freímos el pan y rescatamos los dos ajos del caldo a los que quitamos la piel. En un mortero, hacemos un majado con la clara del huevo, los ajos, el pan y una cucharada de café de pimentón.
- La media cebolla que queda, la picamos bien y la pochamos. Incorporamos el majado y dejamos freír juntos un par de minutos.
- Incorporamos todo a los garbanzos y se añaden los dos vasos de caldo. Probamos en sal.
- ¡Ya está casi hecho! Podemos dejarlo un buen rato a fuego mínimo para que hierva haciendo pof, pof. Pueden estar hirviendo horas, siempre que vigilemos añadirles agua o caldo para que no se queden secos. Justo antes de servir, picamos bien picada la yema del huevo y la ponemos por encima.
Trucos e ideas
- Si lo hacemos un día antes y lo comemos al siguiente, mejora ostensiblemente.
- Dejarlo cociendo horas y horas despacito, le da un sabor imbatible.
